Viajar de Southampton a Nueva York en el barco más grande y lujoso jamás construido. Un sueño hecho realidad para más de 2.200 pasajeros, que ocupaban los camarotes del transatlántico insumergible de la White Star Lane en su viaje inaugural.
Eran las 23.40 horas del 14 de abril de 1912 cuando Frederick Fleet, vigía del barco, alertó de la presencia de un iceberg a escasos metros del barco. La colisión fue inminente. 1.512 personas perdieron la vida en uno de las mayores catástrofes marítimas de la historia: el hundimiento del Titanic.
Cien años han pasado de la catástrofe y cientos son las páginas que se han escrito desde entonces sobre la historia del Titanic. De Joseph Conrad a Walter Lord, numerosos escritores han abordado la tragedia desde diferentes puntos de vista, tanto en el campo de la ficción como de la no ficción.
Arthur C. Clarke, referente de las novelas de ciencia ficción, escribió en 1990 El fantasma del Titanic, que relata los intentos por reflotar los restos del transatlántico en el centenario del accidente.
Al acercarse el centenario del hundimiento del Titanic, varios planes se ponen en marcha para reflotar el pecio y obtener grandes beneficios del colosal espectáculo.
[...]
Pero la cuestión más acuciante para todos no será si se puede rescatar el Titanic (pues queda sobradamente demostrado que es factible), sino si debe hacerse, y qué sacrificios son aceptables para ello.
Pero fuera del espectro de obras inspiradas en la catástrofe, llama la atención de manera excepcional una obra escrita en 1898, catorce años antes del naufragio: Futility o The Wreck of the Titan (El hundimiento del Titan), de Morgan Robertson.
Era el barco más grande que hubiera surcado los mares, y también el trabajo más arduo para quienes lo habían construido.[...]
Aunque tuviera nueve compartimientos inundados, el buque aún podía flotar, y como no se supiera previamente de algún accidente de estas características, el Titán era considerado insumergible.
¡Hielo! -aulló el vigía- ¡Hielo al frente! ¡Un témpano! ¡Justo frente a la proa!
[...]
Setenta y cinco mil toneladas de peso muerto avanzando a través de la niebla a la velocidad de cincuenta pies por segundo se habían lanzado contra un témpano de hielo.
En ella se cuenta la historia de un transatlántico considerado insumergible, que
realiza un viaje entre Southampton y Nueva York con tres mil personas a
bordo, y termina hundido tras chocar contra un bloque de hielo en el
Atlántico Norte frente a las tierras de Terranova. ¿Os suena la
historia? Una auténtica profecía.
El hundimiento Titanic también forma parte de la historia del cine, con numerosos films basados en el desastre. De Hitchcock a Bigas Luna, pasando por una versión de propaganda nazi, donde los valientes alemanes hacen frente al naufragio provocado por la incompetencia británica.
Curiosamente la primera película rodada sobre el asunto se estrenó apenas un mes después del hundimiento: La salvada del Titanic. Pero el largometraje más afamado es el Titanic de James Cameron, estrenada a finales de 1997, que obtuvo 11 premios Oscar incluyendo el de mejor película.
Desde la Biblioteca del Campus de Colmenarejo aprovechamos la conmemoración para poner a
disposición de nuestros usuarios
una selección de material con novelas y películas sobre el Titanic, pero también obras que tratan el tema del mar y los viajes marinos, entre los que se encuentran autores clásicos como Hemingway, Jack London, Herman Melville o Rudyard Kipling.
0 comentarios:
Publicar un comentario